miércoles, 2 de marzo de 2011

Un territorio libre de autos

Andar en bicicleta por las calles de las grandes ciudades latinoamericanas, que no tienen carriles, es la más práctica manera de suicidarse. En los países del sur del planeta, donde las normas existen para ser violadas, hay mucho menos automóviles que en el norte, pero los automóviles matan mucho más.

¿Por qué los latinoamericanos que no tienen ni tendrán auto propio, la inmensa mayoría que no puede ni podrá comprarlo, siguen condenados a hacer la guardia en las esquinas, sin más remedio que esperar los ómnibus escasos? ¿Por qué siguen obligados a pagar boletos que se llevan una buena parte de sus raquíticos salarios, sin otra alternativa? ¿Por qué no se abren, antes de que sea tarde, carriles protegidos para la circulación de bicicletas en las avenidas y las calles principales?

Quizás algunas ciudades latinoamericanas, las más babilónicas, han pasado ya el punto de no retorno en el camino de su propia perdición. Pero otras hay donde sería perfectamente posible la creación de un territorio libre de autos.


(Fragmento de ÚSELO Y TÍRELO- Eduardo Galeano)